La Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi) ratificó el señalamiento que ha venido realizando prácticamente desde que inició el sexenio que está por concluir, acerca de que el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas no solo incumplió el compromiso que hizo como candidato de transparentar la administración pública, sino que deliberadamente ha fomentado la opacidad.
No es gratuita la conducta de la administración morenovallista: el ocultamiento de datos que deben ser de dominio público no solo exhibe el talante patrimonialista y antidemocrático del mandatario y del grupo que lo acompaña en el ejercicio del poder, sino que les permite precisamente que la ciudadanía no conozca con certidumbre los costos políticos y económicos que han tenido para todos sus decisiones.
En efecto, Moreno Valle y su séquito no solo traicionaron una de las principales promesas que les ganó la simpatía entre amplios sectores ciudadanos, sino que se han dedicado a gestionar obras, proyectos, servicios y adquisiciones como si se tratara de asuntos particulares, soslayando que son servidores públicos, obligados a rendir cuentas y a hacer un trabajo eficiente.
Es así que, como en otros muchos asuntos de este periodo gubernamental, la verdad sobre lo que el morenovallismo ha hecho con la hacienda y otros asuntos públicos será conocida hasta que el sexenio acabe y entonces sí la dimensión de los perjuicios que serán heredados a al menos dos generaciones.