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La nueva pelea por la competencia en la radio en México

Amedi
junio21/ 2016

Alto Nivel. Darinka Rodríguez

La radio en México, un sector cerrado a la competencia durante los últimos 20 años, está a punto de abrirse a la competencia, con la posibilidad de la llegada de nuevos jugadores. ¿Se logrará transformar este mercado anquilosado? Los expertos alertan sobre el riesgo de que los mismos grupos empresariales que hoy controlan este mercado vuelvan a quedarse con la mayor parte del negocio.

A partir de hoy, en México se ponen a disposición del mercado nuevas frecuencias de estaciones de radio para uso comercial: 191 estaciones a nivel nacional en la banda de Frecuencia Modulada (FM) y 66 en Amplitud Modulada (AM) en 27 estados de la República Mexicana, como parte de lo dispuesto en la Reforma de Telecomunicaciones aprobada hace tres años y que se publica este 20 de junio en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

Sin embargo, esta noticia, junto con otras disposiciones anunciadas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en materia de radio, ha generado diversas reacciones de empresarios de la radiodifusión, agrupaciones y expertos en la materia.

En marzo de este año, el IFT aprobó la reducción de frecuencias entre estaciones de 800 a 400 Kilohertz (KHz), de modo que en la misma banda de FM podrán sintonizarse más estaciones. Con esta nueva disposición, un porcentaje de estaciones de AM se “mudarán” a FM al mismo tiempo que se abren más espacios para que haya nuevas emisoras en esta banda.

Esta migración y la apertura de nuevos espacios está considerada en el artículo 18 transitorio de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión publicada en 2014.

Esta decisión provocó una reacción negativa de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT), que argumenta que “es primordial que se preserve la calidad del servicio de radiodifusión y se eviten interferencias entre señales”, en tanto que le preocupa la entrada de nuevos participantes. Pese a ello, expertos señalan que la industria establecida ve con malos ojos la llegada de nueva competencia.

Alejandro Navarrete, titular de la Unidad de Espectro Radioeléctrico del IFT, explica que, según el acomodo actual de estaciones en algunas ciudades, diversos grupos radiofónicos no podrán participar en la licitación, pues las bases limitan a los grupos o entidades que posean el 30 por ciento de cobertura radiofónica en una localidad, con lo que se le dará prioridad a la entrada de nuevos participantes.

“Estamos obligados a promover también el acceso a la libertad de información, buscamos que haya mayor pluralidad y que mejore las condiciones de la competencia”, menciona Navarrete.

Para la licitación se hará una subasta ascendente donde podrán participar los interesados que demuestren tener capital suficiente para operar una estación de radio y demostrar que no rebasa el 30 por ciento de cobertura para poder realizar las pujas, que se harán por puntos en función a la cantidad que se oferte.

Navarrete detalla que habrá un incentivo de 15 por ciento en puntaje para los nuevos entrantes y un 3 por ciento adicional para quienes opten por transmitir en formato híbrido, es decir, analógico y digital, para el caso de las estaciones de FM, pues en AM no existen receptores para captar radio digital en el país.

¿El fin del negocio?

Gabriel Sosa Plata, académico de la UAM y experto en radiodifusión expone que si bien transmitir en radio no es el mismo negocio que hace un par de décadas, sigue suponiendo un ingreso considerable para los empresarios de la radio, sobre todo porque, a diferencia de la televisión abierta, el número de ingresos no ha disminuido, sobre todo por ingresos en materia gubernamental.

Cifras de la Asociación de Agencias de Medios indican que de 2011 a 2015 la radio mantiene 9 por ciento de la inversión publicitaria en medios de comunicación, alrededor de 7 mil millones de pesos anuales, mientras que en televisión abierta el porcentaje cayó 5 por ciento.

Asimismo, según las organizaciones Fundar y Artículo 19 indican que en 2014 las radiodifusoras recibieron casi 560 millones de pesos del Gobierno Federal, 16.2 por ciento del total del gasto en medios de comunicación.

“La radio no está en crisis, en algunas plazas sigue siendo un gran negocio, además de un valioso instrumento de relaciones públicas y de relaciones políticas, pese a que hay menos radioescuchas, a que los jóvenes y niños están alejados del medio y las agencias publicitarias muestran un interés cada vez mayor en internet y menos en la radio” explica.

Alma Rosa Alva de la Selva, doctora en comunicación de la UNAM explica por su parte que parte de esta discusión surge del modelo de licitación  que publicó el IFT, que favorece el esquema comercial por encima de transmisiones comunitarias o no lucrativas.

“La preocupación de la industria radiofónica es que haya nuevos participantes, su interés será el de asegurar su permanencia dado que actualmente la única figura es la de la concesión y dado que en la LFTR el proyecto comercial fue favorecido al igual que los otros marcos legales anteriores”, refiere.

De acuerdo con Navarrete, la licitación está configurada para que sea el propio mercado el que determine el valor y viabilidad comercial de una estación, por lo que no descarta que algunas plazas radiofónicas puedan quedar desiertas.

“Es el propio mercado el que tiene más elementos que la autoridad para saber que tan rentable es o no poner una estación. Si el mercado determina que no hay condiciones, claramente ese concurso se quedara desierto y no lo veríamos como un fracaso, sino como una señal de que el mercado dice que no resultó atractivo”, comenta.

Nuevas voces para una nueva radio

Este año, varios grupos radiofónicos tendrán que renovar su concesión para seguir operando varias estaciones en ciudades importantes como la México, Guadalajara y Monterrey, lo que supone un desembolso de por lo menos 200 millones de pesos por pago de contraprestación como en el caso de Grupo Acir o Radio Fórmula.

No obstante, para que nuevas voces ocupen estos espacios, tendrían que contar con esa cantidad de dinero y la experiencia suficiente para hacer funcionar la frecuencia y no sólo hacer ruido, tanto en grandes ciudades como en poblaciones menores.

“Es una oportunidad para nuevos jugadores en la radio comercial, aunque también abre la puerta para que los actuales radiodifusores tengan estaciones en plazas donde no tienen presencia. El riesgo que se corre es que se consolide la concentración a nivel nacional, pero esto dependerá de la participación de nuevos empresarios en este mercado”, dice Sosa Plata.

Sin embargo la CIRT expone que la nueva licitación supone riesgos económicos para la industria radiofónica que el organismo regulador no tomó en cuenta al publicar su documento.

“La inclusión de una (o algunas) nuevas estaciones de radiodifusión detonarán en sentido negativo los mercados en los que se inserten ya que el IFT decidió simplemente no analizar la vialidad económica plaza por plaza, con lo que se crea un entorno desfavorable para la viabilidad financiera de las nuevas estaciones y las existentes”, explica.

A esta acusación, el IFT respondió que los argumentos dados por la agrupación no fueron suficientes para detener la licitación, la cual pretende promover más competencia en un sector que no se había abierto en más de veinte años.

Para Alva de la Selva, este proceso seguirá quedando en las mismas manos debido a las capacidades económicas de los grupos que ya participan y de los posibles participantes.

“No hay una política de aprovechar el proceso de licitación y darle entrada a otros actores radiofónicos que no han tenido la posibilidad anteriormente de participar o que lo han hecho con muchas dificultades es casi una transferencia para los mismos”.