El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) concluyó la primera licitación de frecuencias de radio de Frecuencia Modulada (FM) en 21 años. El monto recaudado por el regulador superó las expectativas y podría alcanzar mil 445.85 millones de pesos, en promedio 42 veces superior al valor mínimo de referencia definido en 34 millones 324 mil pesos. Sin embargo, la nueva configuración de estaciones de radio no refleja mayor pluralidad y diversidad en el cuadrante ni se han dado pasos para promover la radiodifusión pública, comunitaria e indígena.
La recaudación fue resultado de un proceso competido por ganar las frecuencias y las localidades más atractivas, pero también refleja que el precio mínimo de referencia establecido por el IFT fue muy bajo. Lo anterior desmiente la postura inicial de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT) cuando, en una de sus habituales campañas de descalificación al regulador, propagaba que la licitación de 257 frecuencias de AM y FM causaría un impacto “irreversible”, “hostigaba” a la industria y “actuaba en contra” de la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y radiodifusión de 2013.
Los resultados indican todo lo contrario: de las 20 frecuencias con mayor valor económico, 65 por ciento de los participantes en la licitación fueron actuales concesionarios, en tanto que el 35 por ciento restante fueron nuevos jugadores. Es decir, a pesar del “entorno desfavorable para la viabilidad financiera de las nuevas estaciones y las existentes”, los concesionarios de la CIRT tuvieron interés en el proceso y ganaron algunas de las plazas más rentables.
No obstante, el método de subasta contradice lo dispuesto en la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de 2007 y el artículo 28 de la Constitución, en el sentido de que “en ningún caso el factor determinante para definir al ganador de la licitación será meramente económico”. Al final ganaron quienes pagaron más, como consecuencia de un diseño de licitación que priorizó el factor económico.
De las 191 frecuencias incluidas en las bases de la licitación, 124 (64.92%) fueron ganadas por nuevos competidores, en tanto que 23 frecuencias (12.04%) quedaron en manos de actuales operadores. En 44 lotes (23.03%) no hubo participación; estos lotes coinciden con algunas de las localidades con menor densidad poblacional, bajo poder adquisitivo y pobreza, las cuales seguirán sin servicio de radiodifusión a pesar de la disponibilidad de frecuencias.
Lo anterior evidencia la importancia de la radiodifusión comunitaria e indígena, que está dispuesta a operar y a desarrollar proyectos en localidades apartadas y de bajos recursos donde los empresarios privados no están dispuestos a invertir. También es una señal para que el IFT destine las frecuencias de FM no adquiridas para instalar estaciones no comerciales. El Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano podría tener un mayor protagonismo en promover una auténtica radio pública de alcance nacional, con la infraestructura de frecuencias disponible.
La Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi) reconoce que el IFT cumplió con la iniciativa emanada de la reforma constitucional de 2013 de licitar frecuencias de radio y que acató el artículo 28 de la Carta Magna en el sentido de imponer límites a la concentración nacional y regional de frecuencias. Sin embargo, siguen pendientes la metodología y las métricas que permitan medir el uso eficiente del espectro y los lineamientos de pluralismo, lo cual permitirá al IFT tomar mejores decisiones.
Si bien fue un proceso competido, la pluralidad de contenidos y la diversidad de voces quedó como una asignatura pendiente de la licitación, pues el modelo comercial se impuso, como lo demuestra el monto que estuvieron dispuestos a pagar los participantes, el cual buscarán recuperar con contenidos accesibles para los anunciantes.
La Amedi convoca al IFT a un diálogo para definir la metodología y los criterios para evaluar la pluralidad en el servicio público de radiodifusión, a fin de contar con parámetros y lineamientos certeros para analizar la actual estructura de mercado y planear las futuras licitaciones de espectro.
También es una oportunidad para que el IFT oriente a los nuevos y futuros radiodifusores de FM para que cumplan con el servicio público, los derechos de las audiencias, el interés superior de la niñez, la alfabetización de los radioescuchas y produzcan contenidos de calidad.
La Amedi hace un llamado para que el IFT acelere la autorización y asignación de frecuencias de radio de uso social y comunitario, así como a instituciones públicas, como es el caso de la solicitud de Radio Educación para operar una estación en FM.
La radiodifusión pública cumple una función social, cultural, educativa, de información y de entretenimiento distinta del modelo comercial que debe ser garantizada por el Estado y por el regulador, abriendo el cuadrante a voces y temáticas diversas. La asignación de frecuencias en FM para las radiodifusoras públicas que aún no han migrado a esa banda permitirá ampliar su cobertura y audiencia, así como ofrecer servicios digitales adicionales de telecomunicaciones en beneficio de sus radioescuchas. El mercado ya se pronunció en la licitación, es tiempo de que las organizaciones de la sociedad, las comunidades indígenas y las instituciones del Estado tengan acceso al espectro para el cumplimiento de sus fines sociales.
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Lic. Jorge Fernando Negrete P.
Presidente del Consejo Directivo de la Amedi
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Dr. Raúl Trejo Delarbre
Presidente del Consejo Consultivo
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Presidencias de los capítulos de la Amedi
Amedi Jalisco
Dr. Bernardo Masini
Amedi Oaxaca
Mtra. Magdalena López Rocha
Amedi Puebla
Mtro. Rafael Hernández García Cano
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Consejo Directivo
Mtro. Armando Alfonzo, Dra. Alma Rosa Alva de la Selva, Dra. Wilma Arellano, Dra. Delia Crovi Druetta, Dr. Rodrigo Gómez García, Mtro. Carlos Lara, Lic. Gildardo López, Dra. María Elena Meneses, Mtro. Efrén Páez, Mariana Torres, Mtro. Servando Vargas, Dra. Aimée Vega Montiel, Dr. Jorge Bravo. Ismene Flores Guadarrama.