No me gusta el futbol y reconozco que ante tantos problemas que tiene este país deberíamos estar analizando otros temas, pero no puedo dejar de dar un punto de vista sobre el intenso debate que se ha suscitado en torno a la decisión del dueño del equipo de fútbol Chivas, de Guadalajara, de transmitir sus partidos a través sólo de internet y ya no más en la televisión abierta o de paga.
La polémica en parte se debe a que el futbol no deja de ser el deporte con mayor afición en México, que forma parte de nuestra cultura nacional para bien o para mal. Para bien en cuanto al impulso al deporte, en la generación de empleos directos e indirectos, en el sano entretenimiento e incluso en el fomento de los valores nacionales, y para mal cuando en los partidos de futbol se genera violencia en los estadios, hay gritos homofóbicos, sus resultados son producto de la corrupción o se utilizan, junto con la activa participación de jugadores o directores técnicos, para fines político-electorales.
Al nacimiento de Chivas TV se le ha analizado más en cuanto a su dimensión económica. Desde el día que se hizo el anuncio y hasta la fecha se han publicado numerosas notas y entrevistas sobre si será negocio o no esta apuesta tecnológica y sobre el impacto económico que tendrá en las televisoras, Televisa y Televisión Azteca, que han monopolizado la transmisión de los partidos y que además son propietarios de varios equipos de futbol.
Pero también hay una dimensión social, que no debe obviarse, y que me lleva a lo que sucedió en Argentina, en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que asumió la transmisión de los partidos de la liga argentina en televisión abierta. Diversos analistas de aquel país y extranjeros no dejaron de cuestionar la rentabilidad política de esa decisión, pero también había una lógica social porque el acceso a los partidos en un país tan apasionado a ese deporte –como México- se estaba convirtiendo en una posibilidad sólo disponible para las clases medias que cuentan con los recursos económicos para ver los juegos en los sistemas de televisión restringida o de pago por evento, pero no para la población en situación de pobreza, que cuenta en sus hogares sólo con el servicio de televisión abierta. Esta decisión, por cierto, ha comenzado a ser revertida por el gobierno de Mauricio Macri por un supuesto mal uso y desvío de los fondos destinados al programa denominado “Futbol para Todos”.
Chivas TV ofrece diferentes paquetes, todos de paga, como se ha repetido en todos estos días. El paquete con todos los partidos cuesta 2 mil 750 pesos. También pueden contratarse partidos individuales por 125, 200, 325 y 500 pesos. El precio más alto corresponde al Clásico Nacional, es decir, el que se juega contra el equipo América.
Son tarifas altas comparadas con lo que cuestan los servicios de Netflix o Claro Video, pero esa es la apuesta del dueño del equipo. ¿Quién pagará por ello? Yo creo que los muy aficionados al equipo, que cuentan con los recursos para ello y que disponen de una buena conectividad a internet. Es decir, la mayoría quedará excluida. Algunas cifras: sólo el 40 por ciento cuenta con internet en los hogares en México y 60 por ciento no, según el INEGI. En contraparte, el 93.5 por ciento de los hogares (30 millones 580 mil 591, con una audiencia potencial de más de 100 millones de habitantes) cuenta con televisión abierta. Por eso se dice que la penetración de Internet (casi 13 millones de hogares) es de menos de la mitad que la de la televisión abierta.
Es cierto que esta cifra tendría otra lectura si consideramos la enorme penetración de teléfonos celulares que ya se alcanzó en México: 89 por cada 100 habitantes (107.7 millones de equipos) hasta el 2015, pero pocos menos de la mitad de estos teléfonos no cuenta con acceso a banda ancha móvil, según las cifras más recientes del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). No dejan de ser muchos, un mercado enorme, lo que sin duda alienta las expectativas del dueño de los Chivas, pero una pregunta es obligada: ¿usted pagaría por ver un partido de futbol en su celular?
El CEO del Grupo Omnilife, José Luis Higuera, afirma que sí y que en su primer día de transmisiones, el pasado 7 de julio, los teléfonos móviles fueron los más utilizados y que se conectaron más de 100 mil personas en 54 países (100 mil, ojo). En esta primera transmisión se llevó a cabo la presentación oficial de la nueva indumentaria de los rojiblancos para la temporada 2016-2017. En el momento que terminé de escribir estas líneas no se había informado de los usuarios alcanzados en el partido de este domingo, la SuperCopaMx, frente a los Tiburones Rojos del Veracruz, pero lo que sí se difundió fueron las numerosas quejas sobre la narración del juego (para un público muy acostumbrado al estilo de los narradores y comentaristas del duopolio televisivo).
El colega Fernando Mejía Barquera recuerda otra dato interesante que debemos tener presente: de acuerdo con una encuesta de Mitofsky, el interés por el fútbol entre la población mexicana ha ido en descenso durante los últimos años. En enero de 2015, 56.2 por ciento de la población mexicana mayor de 18 años gustaba de “ver, jugar o estar enterada del fútbol”, pero en enero de 2016 la cifra bajó a 53.8 por ciento, un descenso de 2.4 puntos. En 2010 fue de 61.8 por ciento, que comparado con 2016 trae una disminución de ocho puntos.
Es decir, ya somos menos apasionados al fútbol, según esta encuesta, aunque sigamos hablando o escribiendo de este deporte, ya sea por convivencia social (en Monterrey me pasa con frecuencia y es tema casi obligado hablar de Tigres o Rayados) o por la necesidad de hacer, como ahora, una reflexión sobre los medios de comunicación y sus consumos.
En conclusión, la buena noticia es que Chivas TV rompió un modelo de negocios, histórico, entre televisoras, equipos de futbol y anunciantes, lo que podría incentivar la competencia entre las diferentes plataformas de distribución de contenidos y ofrecer contenidos de mayor calidad a las audiencias y en especial a los aficionados a este deporte. También genera nuevas fuentes de empleo e ingresos, los cuales, prometió José Luis Higuera vía Twitter, serán para formar y comprar nuevos jugadores, para financiar un nuevo centro de entrenamiento, para ofrecer wifi gratis en el estadio tapatío y abaratar los precios de sus servicios.
Y ya que está tan optimista de los resultados de Chivas TV, la promesa del CEO de ampliar wifi debería extenderse a regiones marginadas de Jalisco.
La mala noticia es que el servicio de Chivas TV no deja de tener una dosis de elitismo y discriminación a la afición de escasos recursos. Tampoco romperá –no se nos olvide- con el dominio (casi monopólico) de Televisa y Televisión Aztecaen la transmisión de los partidos y su influencia en el balompié nacional. De igual manera la tecnología no desterrará las viejas prácticas corruptas y mediocridad existente en el futbol mexicano, por lo que dará lo mismo ver los partidos en televisión abierta, en televisión de paga o en internet. Esto es, habrá pan con lo mismo.
Twitter: @telecomymedios